sábado, 13 de abril de 2013

Vampiro 6: Mi angel celestial



El sol comenzaba a asomarse por el horizonte, me aliste rápidamente para salir al colegio, toda la noche había estado ideando un plan, y el primer paso consistía en hablar con Angela, sabia que tal vez Alice le hubiera dicho algo sobre mi asi que tendría que actuar lo mas pronto posible, sali de casa a toda velocidad, incluso al llegar al colegio este todavía se encontraba cerrado, poco a poco la gente comenzó a llegar, las puertas se abrieron y las conversaciones se hicieron presentes, subi a lo mas alto de la escalinata, buscando entre la gente a Angela, pero no se aparecia por ningún lado, la campana de clases se escucho dentro del edificio y todos se apresuraban a entrar a sus clase, pero ninguno de ellos era la persona que yo esperaba, la escalinata por fin quedo vacia, solo unos cuantos resagados que llegaban tarde a clase, pero ninguno era mi Angela, le tristeza se hizo presente, me deje caer en uno de los escalones y oculte mi cara entre mis manos, pero no iba darme por vencido, me levante de ahí y me encamine al bosque, en cuanto entre en el comencé a correr, entre mas rápido estuviera con ella mejor, apenas había atravesado la mitad del camino cuando algo me golpeo, sali volando al lado contrario y me estrelle con un árbol, claro que el golpe me dolio hasta la conciencia, ¿pero como? Lo averigue cuando vi quien me había golpeado, era el compañero de Alice, Victor, era un tipo alto y bastante fuerte, me estudio con la mirada por un segundo y luego dijo

-sera mejor que te vayas, nadie aquí quiere problemas-
-¿y que ahí si yo quiero?-

Con eso solo consegui una mirada desafiante, se puso en posición de ataque, uno generalmente creeria que los angeles son criaturas pacificas, pero pueden ser mas violentos de lo que te imaginas, yo hize exactamente lo mismo, la verdad no tenia intenciones de luchar con el, tan solo quería pasarlo y llegar hasta Angela, mi primer intento fue en vano, al igual que el segundo, el tercero y el cuarto, el era demasiado rápido, tal vez mas que yo, antes de que realizara algún movimiento el era capaz de deducirlo y bloquearme, esto estaba comenzando a fastidiarme, asi que decidi por tomar medidas extremas, lo atacaría para poder quitármelo de encima, me puse en posición y lo ataque pero era fuerte, cosa que no había tomado en cuenta, sali volando varios metro antes de aterrizar en el suelo húmedo del bosque, se acerco a mi lentamente

-no te tomes esto a la ligera, las advertencias de un angel son cosa seria-
-al demonio las advertencias, quiero ver a Angela y nadie va a impedirlo-

Lo tome por sorpresa y lo lance contra un árbol, me levante y comenze a correr a casa de Angela, pero pronto Alice me cerro el paso, al igual que su compañero era muy rápida, y siempre lograba cerrarme el paso, la desesperación se abria paso lentamente en mi, ya no iba a ser amable, en cuanto tuve la oportunidad la tome por los hombros y la lanze a un lado, pero no pude avanzar mas pues otro angel apareció frente a mi, aunque a este no lo conocía, pronto los tres me rodearon, no tenia a donde ir

-maldicion, tan solo quiero hablar con ella eso es todo-
-sabes que eso es imposible-

Dijo Alice, pero el que hablo a continuación era el angel que no conocía, sus palabras me erizaron la piel

-escucha, vampiro, ella ya no es Lissa, ella ya no siente nada por ti, jamás podras estar ceca de ella de nuevo, esta es la ultima advertencia que te daremos, la proxima vez que te atrevas, si quiera a pensar en ella, yo mismo te matare y lo hare de una manera lenta y dolorosa…-
-Sebastian, ya basta-

Era Alice la que detuvo al angel, el parecía renuente pero aun asi no dijo nada mas

-Carlos, mejor vete ahora-

Victor sonaba calmado, sabia que en este momento ya no podía intentar nada, no convencido de hacerlo me di la vuelta y comenze a andar a casa, sin antes dar mi advertencia

-esto aun no termina-

Sali corriendo de ahí, pero no a casa, decidi ir mejor a un lugar especial, a aquella cabaña en la cual habíamos sido uno mismo, en la que había sido feliz.

Tarde toda la noche en volver a aquella cabaña, estaba justo en la puerta cuando pude presenciar el amanecer, entre en la cabaña lentamente, estaba polvosa y sucia, se notaba que había sido abandonada hacia un tiempo, varios años para ser presisos, pero ahora que estaba en ella parecía como si todo hubiera sido ayer, pero al mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mi Lissa no estaba aquí me hizo volver a la horrible realidad, sacudi un poco la cama y me sente en ella, el sol comenzaba a colarse por las ventanas, yo solo quería estar con ella, con Lissa, pero cuando me detuve a pensar un poco me di cuenta de que Sebastian tenia razón, ella ya no era Lissa, ahora era Angela, y aunque sentía algo muy fuerte por ella sabia que no podía comparase con el pasado, pero entre en un debate mental, ¿a quien quería ahora? A Lissa o a Angela, me pase horas y horas pensando en la respuesta y de pronto un ruido me saco de mis pensamientos, venia de la ventana, me levante de la cama de un salto y me coloque a un lado de esta, heche un vistazo a fuera para ver quien era el intruso, estaba ahí vigilante en la ventana cuando la puerta se abrió, no me detuve a mirar quien era, me lanze instintivamente sobre el, o mas bien ella, cuando solto un grito supe que era una mujer, me detuve y la mire y para mi sorpresa era Angela.

-¿Qué estas haciendo aquí?- 
fue lo único que consegui decir después de varios minutos en silencio

-no lo se, solo…pensé que estarías aquí-

Se veía cansada y agitada, probablemente por el camino que había hecho desde su casa hasta aquí

-¿Cómo sabias que estaba aquí?-
-solo fue una corazonada-

La mire a los ojos, buscando algún rastro de mi Lissa, pero ella no estaba ahí, tan solo eran los hermosos ojos de Angela.

 Y ahí estábamos los dos, tirados en el suelo de la cabaña, mirándonos a los ojos en busca de respuestas, cuando por fin pude despegarme de su mirada me levante y la ayude a ponerse de pie, sentí como se estremecía ante mi tacto frio y enseguida aparto la mano, me quede un poco desilucionado por su reacción, pero tampoco podía culparla

-yo…quería hablar contigo-

Dijo con una vocecita, que seguro que si mi oído no fuera mejor que el humano no lo abria escuchado

-yo también quería hablar contigo-
-¿enserio?, pues entonces, habla tu primero-

Camino por la habitación hasta llegar a la cama, se sento en ella y me miro expectante esperando a que hablara, pero no sabia que decirle, que le iba a contar, que hace muchos años habíamos sido uno mismo, que sus amigos angeles me amenazaron, que sabia lo que era y no era ella, todo sonaba tan fuera de lugar

-¿tu de que querías hablar?-
-yo, pues… no lo se muy bien, aun estoy confundida-

Acaso ella ya sabia la verdad, ya había recordado todo, o tan solo eran especulaciones mias, tal vez un poco de todo

-vamos, sabes que puedes contarme lo que sea-
-no lo se, no estoy segura, Alice dijo que no confiara en ti-
-no me sorprende que ella dijera eso-
-¿a que te refieres?-

Eso me comprobó que aun no recordaba esa parte, o tal vez ninguna

-a nada, olvidalo-
-no debería estar aquí-
-¿Por qué no?-
-por que mis tutores me lo prohibieron-
-te prohibieron venir aquí o te prohibieron verme-
-¿Cómo sabes eso?-
-oye, hay muchas cosas que no sabes, cosas que enserio deberías saber, pero no se si debería ser yo el que te las contara-
-¿contarme que?-

¿Era capaz yo de decirle toda la verdad? Si, si era capaz, pero dudaba mucho que ella fuera capaz de creerme, ¿Qué haría entonces si me tachaba de loco o algo peor? ¿seria capaz de resistirlo? El tiempo pasaba y yo segui sin decir nada, Angela se levanto de la cama y se puso frente a mi, tomo mis manos entre las suyas, me miro a los ojos y dijo

-sabes una cosa? No me importa nada, ya nada tiene lugar en mi mundo, ahora solo me importas tu-

Esas palabra me llenaron de una alegría indescriptible, algo que dudo haber sentido antes, la abraze con fuerza y la bese, una corriente eléctrica invadió mi cuerpo, una alegría inmensa lleno mi corazón y en ese momento supe que a la que amaba en realidad era a Angela, a mi Angela.

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