El sol
comenzaba a asomarse por el horizonte, me aliste rápidamente para salir al
colegio, toda la noche había estado ideando un plan, y el primer paso consistía
en hablar con Angela, sabia que tal vez Alice le hubiera dicho algo sobre mi
asi que tendría que actuar lo mas pronto posible, sali de casa a toda
velocidad, incluso al llegar al colegio este todavía se encontraba cerrado,
poco a poco la gente comenzó a llegar, las puertas se abrieron y las
conversaciones se hicieron presentes, subi a lo mas alto de la escalinata,
buscando entre la gente a Angela, pero no se aparecia por ningún lado, la
campana de clases se escucho dentro del edificio y todos se apresuraban a
entrar a sus clase, pero ninguno de ellos era la persona que yo esperaba, la
escalinata por fin quedo vacia, solo unos cuantos resagados que llegaban tarde
a clase, pero ninguno era mi Angela, le tristeza se hizo presente, me deje caer
en uno de los escalones y oculte mi cara entre mis manos, pero no iba darme por
vencido, me levante de ahí y me encamine al bosque, en cuanto entre en el
comencé a correr, entre mas rápido estuviera con ella mejor, apenas había
atravesado la mitad del camino cuando algo me golpeo, sali volando al lado
contrario y me estrelle con un árbol, claro que el golpe me dolio hasta la
conciencia, ¿pero como? Lo averigue cuando vi quien me había golpeado, era el
compañero de Alice, Victor, era un tipo alto y bastante fuerte, me estudio con
la mirada por un segundo y luego dijo
-sera
mejor que te vayas, nadie aquí quiere problemas-
-¿y que
ahí si yo quiero?-
Con eso
solo consegui una mirada desafiante, se puso en posición de ataque, uno
generalmente creeria que los angeles son criaturas pacificas, pero pueden ser
mas violentos de lo que te imaginas, yo hize exactamente lo mismo, la verdad no
tenia intenciones de luchar con el, tan solo quería pasarlo y llegar hasta
Angela, mi primer intento fue en vano, al igual que el segundo, el tercero y el
cuarto, el era demasiado rápido, tal vez mas que yo, antes de que realizara
algún movimiento el era capaz de deducirlo y bloquearme, esto estaba comenzando
a fastidiarme, asi que decidi por tomar medidas extremas, lo atacaría para
poder quitármelo de encima, me puse en posición y lo ataque pero era fuerte,
cosa que no había tomado en cuenta, sali volando varios metro antes de
aterrizar en el suelo húmedo del bosque, se acerco a mi lentamente
-no te
tomes esto a la ligera, las advertencias de un angel son cosa seria-
-al
demonio las advertencias, quiero ver a Angela y nadie va a impedirlo-
Lo tome
por sorpresa y lo lance contra un árbol, me levante y comenze a correr a casa
de Angela, pero pronto Alice me cerro el paso, al igual que su compañero era
muy rápida, y siempre lograba cerrarme el paso, la desesperación se abria paso
lentamente en mi, ya no iba a ser amable, en cuanto tuve la oportunidad la tome
por los hombros y la lanze a un lado, pero no pude avanzar mas pues otro angel
apareció frente a mi, aunque a este no lo conocía, pronto los tres me rodearon,
no tenia a donde ir
-maldicion,
tan solo quiero hablar con ella eso es todo-
-sabes
que eso es imposible-
Dijo
Alice, pero el que hablo a continuación era el angel que no conocía, sus
palabras me erizaron la piel
-escucha,
vampiro, ella ya no es Lissa, ella ya no siente nada por ti, jamás podras estar
ceca de ella de nuevo, esta es la ultima advertencia que te daremos, la proxima
vez que te atrevas, si quiera a pensar en ella, yo mismo te matare y lo hare de
una manera lenta y dolorosa…-
-Sebastian,
ya basta-
Era
Alice la que detuvo al angel, el parecía renuente pero aun asi no dijo nada mas
-Carlos,
mejor vete ahora-
Victor
sonaba calmado, sabia que en este momento ya no podía intentar nada, no
convencido de hacerlo me di la vuelta y comenze a andar a casa, sin antes dar
mi advertencia
-esto
aun no termina-
Sali
corriendo de ahí, pero no a casa, decidi ir mejor a un lugar especial, a
aquella cabaña en la cual habíamos sido uno mismo, en la que había sido feliz.
Tarde
toda la noche en volver a aquella cabaña, estaba justo en la puerta cuando pude
presenciar el amanecer, entre en la cabaña lentamente, estaba polvosa y sucia,
se notaba que había sido abandonada hacia un tiempo, varios años para ser
presisos, pero ahora que estaba en ella parecía como si todo hubiera sido ayer,
pero al mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mi Lissa no estaba aquí me
hizo volver a la horrible realidad, sacudi un poco la cama y me sente en ella,
el sol comenzaba a colarse por las ventanas, yo solo quería estar con ella, con
Lissa, pero cuando me detuve a pensar un poco me di cuenta de que Sebastian
tenia razón, ella ya no era Lissa, ahora era Angela, y aunque sentía algo muy
fuerte por ella sabia que no podía comparase con el pasado, pero entre en un
debate mental, ¿a quien quería ahora? A Lissa o a Angela, me pase horas y horas
pensando en la respuesta y de pronto un ruido me saco de mis pensamientos,
venia de la ventana, me levante de la cama de un salto y me coloque a un lado
de esta, heche un vistazo a fuera para ver quien era el intruso, estaba ahí
vigilante en la ventana cuando la puerta se abrió, no me detuve a mirar quien
era, me lanze instintivamente sobre el, o mas bien ella, cuando solto un grito
supe que era una mujer, me detuve y la mire y para mi sorpresa era Angela.
-¿Qué
estas haciendo aquí?-
fue lo
único que consegui decir después de varios minutos en silencio
-no lo
se, solo…pensé que estarías aquí-
Se veía
cansada y agitada, probablemente por el camino que había hecho desde su casa
hasta aquí
-¿Cómo
sabias que estaba aquí?-
-solo
fue una corazonada-
La mire
a los ojos, buscando algún rastro de mi Lissa, pero ella no estaba ahí, tan
solo eran los hermosos ojos de Angela.
Y ahí estábamos los dos, tirados en el suelo
de la cabaña, mirándonos a los ojos en busca de respuestas, cuando por fin pude
despegarme de su mirada me levante y la ayude a ponerse de pie, sentí como se
estremecía ante mi tacto frio y enseguida aparto la mano, me quede un poco
desilucionado por su reacción, pero tampoco podía culparla
-yo…quería
hablar contigo-
Dijo
con una vocecita, que seguro que si mi oído no fuera mejor que el humano no lo
abria escuchado
-yo
también quería hablar contigo-
-¿enserio?,
pues entonces, habla tu primero-
Camino
por la habitación hasta llegar a la cama, se sento en ella y me miro expectante
esperando a que hablara, pero no sabia que decirle, que le iba a contar, que
hace muchos años habíamos sido uno mismo, que sus amigos angeles me amenazaron,
que sabia lo que era y no era ella, todo sonaba tan fuera de lugar
-¿tu de
que querías hablar?-
-yo,
pues… no lo se muy bien, aun estoy confundida-
Acaso
ella ya sabia la verdad, ya había recordado todo, o tan solo eran especulaciones
mias, tal vez un poco de todo
-vamos,
sabes que puedes contarme lo que sea-
-no lo
se, no estoy segura, Alice dijo que no confiara en ti-
-no me
sorprende que ella dijera eso-
-¿a que
te refieres?-
Eso me
comprobó que aun no recordaba esa parte, o tal vez ninguna
-a
nada, olvidalo-
-no
debería estar aquí-
-¿Por
qué no?-
-por
que mis tutores me lo prohibieron-
-te
prohibieron venir aquí o te prohibieron verme-
-¿Cómo
sabes eso?-
-oye,
hay muchas cosas que no sabes, cosas que enserio deberías saber, pero no se si
debería ser yo el que te las contara-
-¿contarme
que?-
¿Era
capaz yo de decirle toda la verdad? Si, si era capaz, pero dudaba mucho que
ella fuera capaz de creerme, ¿Qué haría entonces si me tachaba de loco o algo
peor? ¿seria capaz de resistirlo? El tiempo pasaba y yo segui sin decir nada,
Angela se levanto de la cama y se puso frente a mi, tomo mis manos entre las
suyas, me miro a los ojos y dijo
-sabes
una cosa? No me importa nada, ya nada tiene lugar en mi mundo, ahora solo me importas
tu-
Esas
palabra me llenaron de una alegría indescriptible, algo que dudo haber sentido
antes, la abraze con fuerza y la bese, una corriente eléctrica invadió mi
cuerpo, una alegría inmensa lleno mi corazón y en ese momento supe que a la que
amaba en realidad era a Angela, a mi Angela.
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