La única ventaja de que Sebastian me dejara
inconsciente fue el sueño que tuve, mas que un sueño se sentía como un
recuerdo. Yo caminaba por el bosque, aunque había muchos arboles y animales el
lugar no parecía tenebroso, al contrario lo sentía acogedor, como un segundo
hogar. Segui caminando entre los arboles y arbustos hasta que una pequeña
cabaña apareció frente a mi, la sentía como algo que me pertenecía, me acerque
a ella y cuando estaba por abrir la puerta… desperté.
Me sentía extrañamente tranquila, me sente para
darme cuenta de que estaba en la cama, seguro era obra de Sebastian. Sebastian
¿Dónde estaría ahora? Me levante de un salto, me puse lo primero que encontré y
luego inspeccione la casa. Esperaba encontrarlos a todos en la sala o la
cocina, hablando, ocultándome mas secretos pero para mi sorpresa la casa estaba
vacia. No había nadie.
Di un rápido vistazo por todos lados pero no
encontré a nadie, ni una nota o algo que me diera una pista, me dije que esa
era buena señal. Sali de casa, aun tomandome varias precauciones, cuando estuve
segura de estar bastante lejos de casa comenze a correr.
Corri por el bosque, por caminos, por una parte
de la ciudad incluso, no sabia que rumbo tomar simplemente me deje llevar,
podía recordar aquel sueño en mi cabeza, esa cabaña, algo me decía que tenia
que encontrarla; después de un buen rato me encontraba cansada, casi exhausta,
quería un lugar para descansar, para tomarme un respiro. Estaba en medio de un
bosque asi que segui caminando, buscando un claro o algo por el estilo, cuando
el sol hizo su aparición me revelo una silueta, camine entre los arboles y lo
que encontré me inundo con una repentina alegría. Frente a mi enmarcada por los
rayos del sol apareció aquella cabaña que había estado buscando.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro, camine con
cuidado hasta ella, mire atravez del cristal de una ventana, estaba sucio y
parecía no haber nadie, rodee la cabaña y encontré la puerta, abri lentamente
sin tomar ninguna precaucion y luego alguien cayo sobre mi, solte un pequeño
grito y luego mire a mi atacante. Era Carlos.
-¿Qué
estas haciendo aquí?-
Pregunto después de varios minutos en silencio,
se veía igual de sorprendido que yo, aunque debia admitir que una parte de mi
esperaba verlo en este lugar.
-no lo
se, solo…pensé que estarías aquí-
-¿Cómo
sabias que estaba aquí?-
-solo
fue una corazonada-
Era
cierto, ni siquiera sabia bien como había llegado a este lugar, simplemente me
había dejado llevar. Me miro a los ojos, una mirada mucho mas intensa que las
de antes, como si buscara algo dentro de mi, pero desistió. Aunque yo no lo
hice de inmediato, mi mirada también era penetrante, yo trataba de buscar
respuestas pero dudaba conseguirlas simplemente mirándolo a los ojos de aquella
forma. Finalmente se puso de pie y me ayudo a mi, su tacto frio me hizo
estremecer e instintivamente aparte la mano aunque desee no haberlo hecho al
ver la desilusión en su rostro.
-yo…quería
hablar contigo-
Dije en
voz baja, aun no sabia bien que iba a preguntarle ni si las respuestas que
obtendría serian buenas o malas.
-yo
también quería hablar contigo-
-¿enserio?,
pues entonces, habla tu primero-
Asi yo tendría un momento para aclarar mi
mente, camine por la pequeña cabaña, no tenia muchas cosas pero resultaba
reconfortante, me sente en el borde de la cama y lo mire, tratando de animarlo
a hablar, pareció dudar un momento y luego cambio el tema.
-¿tu de
que querías hablar?-
-yo,
pues… no lo se muy bien, aun estoy confundida-
Agache
la vista un momento, habían sucedido tantas cosas en estos días, parecía que nada
se quedaba en su lugar, excepto el, Carlos era como un faro que me guiaba en la
oscuridad, al menos yo lo vea de esa forma.
-vamos,
sabes que puedes contarme lo que sea-
-no lo
se, no estoy segura, Alice dijo que no confiara en ti-
-no me
sorprende que ella dijera eso-
-¿a que
te refieres?-
Eso me
tomo por sorpresa, acaso conocía a Alice ¿había problemas entre ellos? Tal vez
por eso ella me dijo que no me acercara a el pero… ¿y Sebastian?
-a
nada, olvidalo-
-no
debería estar aquí-
-¿Por
qué no?-
Por que
me lo había prohibido, estaba quebrando reglas que debería seguir al pie de la
letra, por que Sebastian me lo había advertido, por que probablemente a estas
alturas ya se habrían dado cuenta de que no estaba y estarían buscándome.
-por
que mis tutores me lo prohibieron-
-te
prohibieron venir aquí o te prohibieron verme-
-¿Cómo
sabes eso?-
-oye,
hay muchas cosas que no sabes, cosas que enserio deberías saber, pero no se si
debería ser yo el que te las contara-
-¿contarme
que?-
El
sabia algo como yo había sospechado pero ¿Qué? Y ¿Por qué? ¿Por qué el sabia
cosas de mi? ¿Por qué todo el mundo sabia cosas de mi menos yo? Había sido
enviada aquí a remendar mis errores, errores que no conocía, había sido
castigada sin sentido, mi estancia en este lugar se estaba complicando aun mas.
Lo único seguro en este momento era el y no quería perderlo. Me levante de la
cama y me pare frente a el, lo tome de las manos, resistiendo el pequeño
escalofrio, lo mire a los ojos con dulzura y dije.
-sabes
una cosa? No me importa nada, ya nada tiene lugar en mi mundo, ahora solo me
importas tu-
Sonrio,
me miro y me beso, fue intenso, como si necesitara de mi, yo lo necesitaba a
el, era como el barco que me mantenía a flote entre tantos problemas, no quería
perderlo, no dejaría que lo apartaran de mi lado.
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