miércoles, 27 de marzo de 2013

Colors war



Una mirada.

Solo eso basto para enamorarme.

Aquel atardecer, mientras yo caminaba por el parque de regreso a casa después de un dia de entrenamiento. Ella aprecio al final del sendero, caminando hacia mi, parecía brillar con luz propia, había un resplandor azulado a su alrededor, su cabello rojizo se movia al compas del viento, mientras ella caminaba parecía que los arboles y plantas volvían a la vida, a pesar de que estábamos en mitad del inviernos los arboles florecieron en segundos, las plantas, las flores, todo se lleno de color mientras ella caminaba.

Su mirada se topo con la mia, trate de disimular mi asombro pero era demasiado tarde, ella sonrio cálidamente hacia mi mientras seguía caminando, paso a mi lado y toco levemente mi hombro con su mano, me gire para ver como se alejaba de mi, el color desaparecia cuando ella se alejaba, los arboles se deshicieron de sus hojas, las flores se marchitaron de nuevo, los arbustos quedaron reducidos a ramitas.

Ella me miro sobre el hombro una ultima vez antes de desaparecer de mi vista.

La noche ya había caído, una lámpara tintineaba con una leve luz blanca, yo aun miraba el lugar por donde esa chica se había ido, no sabia si lo que había visto era real pero quería pensar que si. Me di la vuelta para seguir mi camino y algo cayo de mi hombro, una rosa blanca. Me incline y la tome entre mis manos, era de ella, ella la había dejado para mi. Sonreí y segui mi camino de vuelta a casa.

Pasaron los días y yo esperaba no volver a encontrarme con aquella chica, por que sabia que si la veía tendría que matarla. Esas eran las ordenes que me habían dado y como buen soldado yo tenia que cumplirlas.

La guerra comenzaría pronto, yo tendría que liderar la primera batalla, debia admitir que estaba nervioso pero todos me decía que lo que hacia estaba bien, que una guerra contra los “Libres” era la única opción para acabar con ellos. Los Libres era como llamábamos a las personas con habilidades “especiales”, como aquella chica que podía revivir la naturaleza a su paso.

Pero asi como me había enamorado de aquella joven solo con verla yo no creía que los Libres fueran tan malos, que si trabajábamos juntos podríamos logras salvar a la tierra pero mi padre creía todo lo contrario.

-Son una amenaza- solia decir el en cada cena –cuanto antes acabemos con ellos mejor-

Yo nunca me había atrevido a contradecirlo, después de todo que importaba lo que pensara el hijo del máximo general ¿cierto? Yo solo era una pieza importante en el juego que el estaba por comenzar, eso era lo que se esperaba de mi. Solo seguir ordenes.

El gran dia había llegado, el dia en que se declaraba la guerra. Me vesti con mi uniforme de gala, yo tendría que liderar la batalla de hoy, la primera de muchas, yo tendría que matar al líder de los Libres y levantar la cabeza con orgullo. Me mire al espejo antes de salir de mi habitacion, sentía nauseas de solo pensar en lo que tenia que hacer pero era inevitable. No podía cambiar mi destino.

Sali de casa, en la puerta mi padre me sonreí a con orgullo, mi madre me miraba con preocupación. Segui mi camino hasta el que seria el campo de batalla, un gran prado seco a las afueras de la ciudad. Mi batallón ya se encontraba en el lugar, todos con sus rostros serios y decididos, todos portando su uniforme con orgullo y armados. Ellos estaban listos para la batalla, pero yo no.

Aunque por fuera lucia calmado por dentro mi mente daba vueltas como loca, estaba seguro de que a la menor provocación saldría corriendo de aquel lugar, por que en el fondo yo no quería ser parte de aquella guerra, yo quería paz. Pero era demasiado cobarde para alzar la voz.

Me pare enfrente de mi batallón, con el rostro en alto y mirando al horizonte. Unos minutos después los Libres aparecieron.

Ellos portaban ropas normales, como si fueran un grupo de chicos camino al colegio, pero llevaban sus rostros cubiertos con pañuelos, no lucian muy peligrosos pero se veian decididos, ellos no iban a rendirse tan fácilmente.

Yo no quería luchar, mi alma gritaba para que saliera de aquel campo de batalla, pero mi mente estaba tan concentrada en seguir las ordenes de mi padre que no me di tiempo para dudar. Tome una granada y tire del seguro, cerre los ojos por un momento y la lanze con todas mis fuerzas en dirección a los Libres.

En cuanto estallo la batalla comenzó. Mi batallón se lanzo a la lucha, no debían matarlos, solo reprimirlos y tomarlos como prisioneros, según mi padre ese seria el primer paso para ganar la guerra y por como podía ver las cosas no seria difícil, nosotros los superábamos en numero y armamento, pero eso bien podía ser secundario ya que ellos poseían habilidades especiales.

Desde la cima de una pequeña colina observe como todo se desarrollaba, los estruendos y gritos llegaban de todas partes, podía oler el humo de las granadas y sentir como a mi alrededor mis soldados se lanzaban a cumplir su deber. Yo no quería moverme, no quería hacer nada, quería que todo terminara rápido y poder irme a casa lo antes posible.

Pero entonces las cosas se pusieron peor.

Pude distinguir su cabello rojizo a la distancia, era tan brillante que era casi imposible no verlo. Se estaba poniendo de pie, alguien la ayudaba, ella asintió un par de veces y entonces me miro. Rogue con todas mis fuerza que no me reconociera, que no recordara aquella tarde en que la había visto, que no terminara odiándome. Ahora que la veía en medio del campo de batalla me odie a mi mismo por haber provocado aquello.

Ella comenzó a caminar en mi dirección, inmune a lo que sucedia a su alrededor, todos parecían protegerla a su paso, entonces algo dentro de mi me dijo que ella era la líder de los Libres. Entonces no supe que hacer.

Fácilmente podía retirar a mis tropas e inventar una excusa frente a mi padre, pero mi mente aun seguía ordenes y mis ordenes eran someter y arrestar. Asi que no di ninguna orden, deje que todo siguiera su curso, ya no faltaba mucho para que ganaramos esta batalla.

Pero entonces ellos comenzaron a contra atacar, lanzaban algo parecido a bombas de humo pero estos despedían humos de colores que asfixiaban a mi gente. Sonreí levemente, por un momento el campo se cubrió de colores, era como tener al arcoíris enfrente, casi podía tocarlo. Por un breve segundo me sentí aliviado pues como había esperado ellos no se dejarían vencer.

Mi tropa se armo con mascaras antigas y continuo con la lucha. Solo quería que esto terminara ya.

Cada vez mas cerca de mi se hallaba aquella chica, con sus rojizos cabellos ondeando, parecía algún tipo de diosa que caminaba sobre las aguas, yo seguía paralizado, deseando que ella no llegara hasta donde yo me encontraba.

El atardecer estaba por caer, aquella joven se encontraba al pie de la pequeña colina, la mayoría de los libre estaban sometidos ya pero ella seguía pareciendo inmune a todo, una explosión ocurrió justo a sus espaldas haciéndola caer, yo tuve que contenerme para no salir corriendo en su auxilio, de inmediato dos de mis hombres la tomaron por los brazos pero ella seguía luchando, no solo ella, todos los Libre seguían luchando.

Baje un poco la colina, tomando mi pistola y apuntándola hacia ella. Mi alma gritaba y se retorcía por que no quería disparar, yo no quería matarla pero eso era lo que se esperaba de mi, eso era lo que mi padre esperaba de mi.

Casi sin darme cuenta ella comenzó a brillar de nuevo, justo como aquella tarde, con ese resplandor azul que le había visto la primera vez, grito y siguió luchando, yo estaba casi frente a ella, con mi arma cargada y apuntando, estaba a punto de disparar cuando…

Ella se solto de quellos soldados y salto en mi dirección, vacile, no dispare el arma y luego ella me beso.

Se lanzo hacia mi, me envolvió en sus brazos y unió sus labios con los mios. Fue intenso desde el principio, apasionado, lleno de desesperación y yo no me resisti a el. Solte mi arma y la abraze, la pegue mas a mi, no quería dejarla ir nunca mas. Ahora ya no importaba lo que esperaran de mi o lo que mi padre quería que yo hiciera, ya no importaban los demás. Ahora solo haría lo que yo quería hacer.

Y lo que quería era estar con ella.

La batalla termino en ese mismo momento, realmente nadie quería pelear contra los Libres, ahora todos se daban la mano y pedían disculpas. Nosotros miramos la escena desde la colina, sabiendo lo que haríamos ahora, ahora lucharíamos por la paz entre Libres y humanos. Seria un camino difícil y sumamente complicado pero solo me basto mirarla a los ojos para darme cuenta de que valia la pena seguir ese camino.

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