miércoles, 6 de febrero de 2013

Del mas allá…


Estaba muerto.
De eso no cavia la menor duda. Digo… podía ver mi cuerpo dentro del ataúd, debía admitir que me vea bastante guapo a pesar de lucir descolorido, ese traje negro me sentaba bien; mi madre se encontraba a un lado, llorando desconsolada y mi padre, con una mano sobre su hombro con esa expresión de tristeza en sus ojos, el no lloraría con toda esta gente en la habitación pero sabía que seguramente por la noche no habría poder que lo consolara.
Había muchas mas personas en la habitación, tíos, primos, mi abuela que se encontraba en un rincón con expresión intranquila; mas al fondo pude ver a mis compañeros de escuela, todos tristes, llorando, sin poderlo creer. Yo mismo aun no me lo creía.
Podía ver todo desde arriba, como si de una película se tratase, flote hasta mi madre y trate de abrazarla pero solo logre traspasar su cuerpo, la hice estremecer, mi padre le coloco su gabardina encima, ella seguía llorando sin prestar atención.
-Mamá- le susurre pero su expresión no cambio –Papá- pero nada, ninguno podía verme o escucharme, de hecho ya lo había intentado con toda la gente en la sala, con mis padres lo había hecho mas de mil veces pero nada, era un fantasma, literalmente.
Suspire resignado, no entendía por qué sucedía esto, porque aun seguía aquí, no se supone que cuando uno muere cruza al otro mundo o algo así ¿Por qué yo no? Flote lentamente hasta la esquina donde se encontraba mi abuela y me senté a su lado. Mire mi mano, en ella sostenía un pedazo de espejo roto, no sabía de dónde venía o como lo había conseguido, simplemente había estado en mi mano desde que… comencé a flotar.
-¿Qué rayos significa?- me pregunte en voz alta
-¿Qué significa qué?- pregunto mi abuela con la vista fija al frente, como si buscara algo, yo la mire sorprendido ¿realmente me había escuchado?
-abuela… ¿puedes oírme?- necesitaba saber si me había escuchado o había sido una simple coincidencia
-claro que puedo- sonrió dulcemente –aunque no puedo verte-
Una creciente felicidad exploto en mi pecho, como si me hubiera sacado la lotería o algo así, me puse de pie frente a ella, no podía verme pero no me importaba, mucho, al fin podía hablar con alguien.
-Abuela… no se qué hacer, no se porque sigo aquí… ni siquiera recuerdo que paso- era verdad, mi recuerdo mas lejano se remontaba a esta mañana, cuando mis padres habían recogido mi cuerpo del hospital –ayúdame-
-pero como puedo ayudarte pequeño… ni siquiera te veo- se disculpo mi abuela con voz dulce, se notaba que quería ayudarme pero no sabía cómo, se quedo pensativa unos minutos y luego parecía que se le había ocurrido algo –asuntos pendientes-
-¿asuntos pendientes?- repetí ingenuo
-por eso no has podido partir al mas allá, debes resolver tus asuntos pendientes- me explico ella
-pero… no se cuales son ¿Cómo lo averiguo?- quise saber
-no lo sé pequeño… quisiera hacer mas por ti- se veía algo triste, no la culpaba, después de todo estaba muerto –tienes que buscar a alguien que te ayude, alguien que pueda verte-
-pero nadie puede verme- respondí un poco frustrado –ya lo intente con todo el mundo- mire de nuevo la sala frente a mí, tantos rostros tristes, tantas lagrimas derramadas por mí, nadie podía verme.
-debe haber alguien… tienes que buscar- mi abuela era demasiado insistente y de un modo u otro tenía que hacerle caso
-bien… buscare- no me despedí, creo que ya no tenía sentido, flote por la sala de nuevo, parándome frente a cada persona y hablando por si alguna lograba escucharme pero era inútil, como hablarle a una pared, aun mas frustrado que antes regrese con mi abuela –no funciona-
-vamos… el hecho de que tu caja de cereal no tenga regalo no significa que dejaras de comerlo- me dijo sonriente mi abuela
-quisiera cereal- dije algo pensativo
-¿Qué?- pregunto un hombre que se encontraba cerca de nosotros
-¿Qué cosa?- le pregunto la mujer que lo tomaba del brazo
-creí… creí escuchar algo- sacudió un poco la cabeza
-¿Qué escuchaste?- inquirió curiosa la mujer
-que… alguien quería cereal- miro un poco alrededor, fijo su vista en mi abuela pero luego la aparto
-el me escucho- grite sorprendido, mire a mi abuela, ella solo asintió levemente y sonrió
Tuve que darme un poco de prisa ya que aquella pareja se estaba yendo del funeral, los alcance en la entrada, subí a su auto y estuve gritando cerca de media hora a aquel hombre que pareció no volver a notarme; al parecer habíamos llegado a nuestro destino pues la pareja bajo del auto y entro a una casa, yo me quede en el asiento trasero, molesto, había seguido a alguien que solo había tenido un momento de contacto, suspire ¿Cómo se suponía que “descansara en paz” si no sabía cómo hacerlo?
Al caer la noche finalmente baje del auto y entre a la casa, las luces estaban apagadas y no escuchaban ruidos en el lugar, me tire en el piso, no sentía frio, no sentía nada fuera de mis emociones caóticas; algún ruido me hizo poner atención a mi alrededor justo cuando un pie descalzo atravesaba mi pecho. Me puse de pie y vi a una chica, debía de ser como de mi edad, vestía un pijama azul y su cabello estaba algo enmarañado. Fue a la cocina, tomo un vaso y se sirvió un poco de agua, nada extraordinario.
-si tan solo pudieras verme…- dije las palabras sin pensar
Ella se puso rígida y miro en todas direcciones, como si buscara algo -¿hola?- pregunto un tanto temerosa, esta vez no me deje llevar por la primera impresión, no me emocione, simplemente me acerque a ella y la observe, ella tembló, no sabía si por el frio o miedo, siguió mirando a su alrededor.
Se encogió levemente de hombros y comenzó a caminar a las escaleras de nuevo, ella no podía verme, bueno… tampoco había hecho el intento para que me escuchara, pero si no podía verme ¿de qué servía? Deje que mis brazos cayeran a mis costados y aquel fragmento de cristal se estrello contra el suelo. La chica se sobre salto ante aquel ruido y regreso, ella podía ver el pedazo de espejo, se arrodillo para recogerlo, lo sostuvo entre sus dedos y luego… un grito salió de su boca, el vaso con agua se estrello contra el suelo quebrándose, la joven retrocedió hasta toparse con una pared.
Al principio no entendí lo que le pasaba hasta que note su vista sobre mí, realmente sobre mí, ella podía verme, una enorme sonrisa se dibujo en mis labios y si no hubiera estado flotando juro que hubiera saltado de felicidad.
-puedes verme, puedes verme- me repetía sin parar, ella ahora no solo lucia asustada, también confundida.
-hija… ¿sucede algo?- llego una voz desde arriba de las escaleras
Ella se quedo muda un momento, aun con sus ojos puestos en mi, luego pareció pensar en algo y respondió –me resbale… no pasa nada- respondió a su madre
-ten mas cuidado- se escucharon algunos pasos y luego una puerta que se cerraba
Volvió a fijar su vista en mi, sin poder contener la emoción me acerque a ella, justo frente a su rostro, intento retroceder pero estaba contra la pared, no tenia salida, ya no lucia tan asustada sino mas bien confundida.
-¿Quién… quien eres?- pregunto con voz temerosa
-yo… soy…- mi voz se apago poco a poco, mi nombre, ¿Cuál era mi nombre? ¿Cómo era posible que no lo recordara? –Pequeño- dije en voz baja, así me había llamado mi abuela
-¿pequeño?- pregunto de vuelta
La mire de nuevo –no… no lo recuerdo- fije mi vista en el piso ¿Cómo no podía recordar algo tan importante? –Pero eso no importa- me anime de nuevo –tu puedes verme, tú me ayudaras- asentí enérgico
-¿yo? ¿Ayudarte?- parecía confundida -¿yo?- se aparto a un lado, lejos de mi –ni siquiera te conozco… tu no recuerdas tu nombre- argumento -¿Cómo podría ayudarte?-
-no lo sé- admití –pero eres la única que puede verme… por favor- la mire, suplicante, no sabía qué haría si decía que no
Me miro un instante, luego miro el pedazo de espejo que aun sostenía en la mano, recorrió la habitación con la vista y luego la fijo en mí de nuevo, suspiro lentamente y comenzó a subir las escaleras.
-sígueme- dijo en un pequeño susurro
Sonreí y la seguí; ella subió lentamente y murmuraba cosas que no podía entender, se detuvo un momento frente a una puerta y golpeo dos veces
-¿mama?... ¿puedo preguntarte algo?- hablo
-¿Qué pasa?- pregunto la mujer que había visto hacia un rato mientras se asomaba por la puerta
-el chico… el del funeral de hoy… ¿sabes su nombre?-
-¿Por qué quieres saberlo?- inquirió la madre de la chica
-curiosidad… creo que una amiga lo conocía- se encogió levemente de hombros
La mujer lo pensó un momento y luego pareció ceder –Robert… su nombre era Robert-
Algo pareció encenderse dentro de mi “Robert” ese era mi nombre, ese era yo o lo había sido hasta hacia unas horas, ¿Cómo lo había olvidado? Tal vez era un efecto secundario de estar muerto.
-gracias mama- la joven se despidió y siguió por el pasillo, yo continúe a su lado, no parecía estar muy cómoda con mi presencia, supuse que era normal, no debía tratar con fantasmas muy seguido. Llegamos a una habitación al final del pasillo y entro en ella, sostuvo la puerta para mí un momento, cuando entre cerro y puso el seguro, me sentí extraño un momento pero luego entendí el por qué.
-¿eres Robert?- me pregunto sin esperar un segundo
-eso parece- me encogí de hombros –no lo recordaba… de hecho, no recuerdo muchas cosas-
-¿y cómo te ayudo yo?- quiso saber la chica mientras se tiraba en la cama
-asuntos pendientes- dije como mi abuela me había dicho –se supone que tengo que resolverlos o algo así-
-asuntos pendientes- repitió pensativa, me recordó un poco a mi -¿sabes que estás muerto?-
-sí, eso ya lo note- dije como si pareciera obvio
-bien… entonces debes tener otros asuntos que resolver- se sentó en la cama cruzando las piernas – ¿no tienes al menos una idea? ¿Algo que nos dé una pista?- parecía bastante dispuesto a ayudarme
Moví la cabeza negativamente, ni siquiera sabía que tenía asuntos que resolver hasta que mi abuela me lo dijo –lo siento- me disculpe
Me observo pensativa, luego se puso de pie en un salto y fue hasta el escritorio a encender el ordenador, una vez que estuvo encendido comenzó a teclear como si no hubiera un mañana, las paginas pasaban una tras otra y ella parecía absorber la información como una esponja, yo solo la observe desde lejos, me pregunte por que había decidido ayudarme, no se había resistido mucho, estaba por preguntarle cuando se dio vuelta en la silla y me miro
-pon atención- su voz sonaba seria –este es tu ultimo objeto personal- me mostro el espejo –tu alma está ligada a esto, tenemos que conservarlo y siempre tienes que estar cerca de él ¿entendido?- asentí levemente –bien… según lo que leí los asuntos pendientes están ligados a cosas que fueron importantes durante tu vida- me miro un momento –familia, amigos- se recargo en la silla y miro al techo –ahora solo debemos averiguar con que están relacionados tus asuntos-
Pensé en lo que me dijo un momento, no recordaba nada, ni siquiera como había muerto ¿Cómo iba a recordar cosas importantes de mi vida?
-tus padres- dijo de pronto la chica –debes tener asuntos con ellos- señalo mientras me miraba
-claro que no- replique
-claro que si- me señalo – mírate, eres un adolescente, por supuesto que tienes conflicto con tus padres-
-¿y eso que tiene que ver con los asuntos pendientes?-  Quise saber
-tienes que arreglar las cosas con tus padres, eso… liberara tu alma-
Comprendí a que se refería, llegaron a mi cabeza las imágenes de mi madre llorando y mi padre con esa cara de tristeza, debía dejarlos tranquilos para irme.
-bien, entonces andando- comencé a flotar a la puerta
-espera, espera, espera- ella se puso de pie –es media noche- señalo el reloj en su pared, no entendí al principio pero luego al verla en pijama  supe a que se refería, asentí indicándole que comprendía
-entonces… ¿iremos mañana?-
-si no tengo de otra- apago el computador y salto de nuevo a la cama, se acurruco en la cobijas pero aun seguía mirándome –no dormirás aquí ¿o sí?- pregunto cautelosa
-no- mire en todas direcciones, no sabía a dónde ir –yo… me… me quedare aquí- señale una puerta y la traspase, me di cuenta de que estaba en su armario, no me pareció un mal lugar. Permanecí ahí el resto de la noche, fue bastante aburrido, a la mañana siguiente ella abrió la puerta del armario y me miro por unos segundos.
-andando- hablo algo cansada y comenzó a caminar
Obviamente la seguí, no era como que pudiera alejarme mucho de ella pues tenía mi pedazo de espejo además de que me estaba ayudando, aun tenia curiosidad de saber por qué. Salimos de su casa y caminamos todo el camino hasta la que supuse era mía, no hablamos, al menos no entre nosotros, ella parecía hablar sola, la escuchaba susurrar bastante, al llegar a casa se detuvo en la entrada, no toco el timbre.
-¿Qué esperas?- pregunte un tanto ansioso
-no sé qué hacer- me miro repentinamente asustada –esperaba que algo se me ocurriera en el camino pero…- sacudió la cabeza -¿Qué se supone que les diga a tus padres? “Hola puedo ver a su hijo muerto, serian tan amables de arreglar las cosas con el”- se paso una mano por el cabello –suena… estúpido-
La mire un largo rato, tenía razón, no podía llegar así nada mas y hablar por hablar, debíamos idear un pequeño plan, mire a mi alrededor y de inmediato las flores de la entrada me dieron una idea.
-toma un par de esas- señale las flores blancas, parecían rosas –le dirás a mi madre que eres una vieja amiga, que te enteraste de la noticia y por eso viniste-
-¿y luego qué?- pregunto ella mientras tomaba un par de flores
-algo se nos ocurrirá- toque el timbre, no sabía que podía hacerlo
-espera…- trato de protestar pero ya era demasiado tarde, el timbre sonó y unos segundos después mi padre abrió la puerta
-¿si?- pregunto mientras la miraba de arriba abajo
-amm… hola, yo… yo- extendió las flores –vine a darle mis condolencias- se notaba bastante nerviosa, eso le daba realismo a la escena
-¿te conozco?- quiso saber mi padre
-amm… no, soy una vieja amiga de Robert-
Mi padre la estudio unos segundos mas, parecía cansado, derrotado, como si ya no tuviera nada por que luchar, no quería verlo así; le hizo un gesto a la chica para que entrara. La chica, cierto, aun no sabía su nombre.
Una vez dentro de la casa papa la invito a la sala, mama bajo unos minutos después, ambos se veían mal, como si llevaran días sin dormir, me sentía culpable por eso.
-¿así que eres amiga de Robert?- pregunto mi madre
-si… una vieja amiga- parecía que su mente estaba trabajando, tratando de pensar en que sería lo próximo que diría
-lo siento, pero su funeral fue ayer- parecía que lo costaba trabajo pronunciar esa palabra
-lo sé, es solo que… no pude asistir- bajo la cabeza –además… quería hablar a solas con ustedes-
De inmediato mis padres posaron la vista en ella, curiosa y un poco alarmada, yo solo podía observar la escena desde un lado del salón.
-Robert…- comenzó a retorcer sus dedos –el… demonios, no sé cómo hacer esto- se dijo en voz baja
-¿hacer qué?- quiso saber mi padre
-yo…- suspiro –se que esto va a sonar loco pero es la verdad- tomo un poco de aire y hablo rápido –Robert es un fantasma y está aquí y no puede cruzar por que tiene asuntos pendientes con ustedes y ahora yo tengo que ayudarlo a resolverlos o si no perseguirá el resto de mi vida- acabo y cerro la boca de inmediato, fijo su vista en el suelo sin saber que esperar
Mama y papa no dijeron nada en un principio, simplemente se miraban el uno al otro y a la chica, mi padre su puso de pie con expresión molesta.
-no sé quien sea usted pero esto no es algo con lo que deba jugar- comenzó a caminar a las escaleras
-no, no, no- me acerque a ella, tenía que ayudarla de algún modo, mire a mi alrededor y observe las fotos, todas aquella fotos que habían marcado mi vida, mi primer día de escuela o mi fiesta de cumpleaños, aquellas vacaciones en la playa o mi graduación de preparatoria, entonces recordé algo, como un flash en mi cabeza, un recuerdo
-dile que no fue su culpa- le susurre
-¿Qué?- pregunto, parecía que hablaba sola
-solo hazlo- levanto la vista y repitió mis palabras –no fue su culpa, yo de verdad quería ese auto, el me hizo un chico feliz-
Ella repito lo que le decía, adecuando las palabras, mi padre la miro un tanto asombrado, perplejo, como si creyera lo que escuchaba, mi madre lucia igual de atónita.
-a mi madre dile- continúe –que tampoco fue su culpa, que es una gran madre por haberme dado permiso ese día- sonreí aunque sabía que nadie excepto ella podía verme
Ella hablo tranquila, explicando mis palabras y después de que dijo lo que le había dicho les explico un poco como fue que había terminado en esta situación, les dio el pedazo de espejo y mi madre comenzó a llorar
-tienes que creerle a la chica- mi abuela apareció en la cocina, miraba a la joven con dulzura, como lo había hecho conmigo alguna vez –ella no sería capaz de mentirte con algo así- mi madre miro a mi abuela y luego de vuelta a la joven
-nunca soltó este espejo- explico –aun cuando tuvimos que reconocer el cuerpo siempre lo sostuvo- miro a la chica –te creo- dijo finalmente y una sonrisa triste cruzo su rostro
Papa regreso y se sentó junto a ella, aun lucían tristes, pensé que con eso se sentirían tranquilo pero lucían aun mas afligidos que antes
-el los ama- dijo la chica de pronto –solo quiere que sean felices, que sigan con una sonrisa en el rostro- eso sí pareció surtir efecto en ellos, se miraron unos largos minutos y luego se abrazaron
-Robert- habla mi padre a la nada –te extrañamos hijo- una lagrima rodo por su rostro
-siempre te querremos- secundo mi madre y entonces me sentí tranquilo, como si me hubiera quitado un gran peso de encima.
Unos minutos mas tarde, ella y yo ya nos encontrábamos fuera de casa, mis padres lucían más tranquilos, incluso mi abuela había sonreído al despedirnos, me sentía más ligero pero al ver a la chica tan seria supe que no todo andaba bien.
-¿Qué sucede?- quise saber
-nada- me miro triste- eso es lo que sucede, nada, sigues aquí-
No era algo en lo que había pensado, me mire, instintivamente solo para comprobar que tenía razón, yo seguía aquí y eso estaba mal; me entristecí un poco pues eso significaba que aun tenía algo que resolver, pero ¿Qué? Ella pareció adivinar mis pensamientos, metió la mano en su bolsa y saco algo de ella, me lo tendió
-es por esto- parecía estar a punto de llorar
Tome aquello que me tendía, era un espejo de bolsillo, estaba roto, luego me tendió mi pedazo de espejo roto y comprendí, tome las dos mitades y la uní, encajaban perfectamente, la mire sorprendido, ella lucia triste, lloraba. Yo no entendí al principio, ¿por ella tenía la otra mitad del espejo? Me mire en el, o intente hacerlo pero no había un reflejo al cual sonreírle pero algo aprecio en el espejo, como una película.
Era ella, en una fiesta y había un chico, la escena pareció cambiar y entonces me di cuenta de que era yo, el chico era yo, la escena cambio de nuevo, ella y yo bailábamos, ella y yo hablábamos, ella y yo estábamos juntos, la escena cambio de nuevo, estábamos discutiendo y yo había arrojado su espejo contra la pared, ella recogió una mitad, se fue y entonces me quede solo.
-fue un accidente- me dije a mi mismo mientras bajaba el espejo –yo iba a buscarte- la mire –iba a disculparme, iba a decirte que era el mayor imbécil- ella seguía llorando –oh Dios, Danny, perdóname- me acerque a ella y la abrase.
La abrase de verdad, como si de nuevo estuviera vivo, ella me devolvió el abrazo, no paraba de llorar, así que ese era mi último asunto pendiente.
-¿Por qué no me dijiste nada?- le pregunte con voz suave
-esperaba que no lo recordaras… así tampoco tendría que recordarlo yo- se limpio las lagrimas con el dorso de la mano –pero era necesario- me miro –yo… yo-
-perdóname- solté yo de pronto –es todo lo que necesito, que me perdones-
Muestras miradas se cruzaron, por un instante solo estábamos ella y yo, mas allá de las barreras, incluso de la muerte yo aun la quería y ella a mí, me acerque a ella y la bese, fue extraño pero reconfortante.
-te perdono- dijo entre besos y luego desaparecí.

4 comentarios:

  1. wiiii soy tu primer comentario!!!!!

    esta muy buen la historia n.n

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  2. Bueno no es una sorpresa que soy una chillona pero si me hiciste llorar. Los símbolos, los personajes, las emociones TODO desborda verdad. Creo que perder a un hijo es lo más doloroso que hay en la vida y supiste plasmarlo muy bien. Sobre todo siendo tan joven, Único comentario negativo, pues el de siempre: faltas de ortografía y letras traviesas que se cambian o se comen. Ya lo sabes. Disfruto leerte.

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    1. Awww enserio?? /u\ me sonrojas xD pues... fue un poco complicado encontrar ese tipo de emociones por que... pues, nunca lo eh experimentado pero me alegra haberlo logrado n.n

      -.- lo se!!! estoy tratando de mejorar todo eso :) <3

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