martes, 11 de septiembre de 2012

Angel 1: Angeles caidos


Ángeles caídos

 

-¿Por qué tengo que ir a la escuela?-

-porque es lo correcto-

Lo correcto para los humanos y claro que eso no aplicaba a mi, pero ya lo había intentado antes, hacer que me dejaran quedarme en casa, yo no quería ir a la escuela, no servia de nada, pero aun con argumentos tan buenos no había logrado convencer a mis tutores, y ahora iba en un auto camino a la escuela, camino a una tortura de cinco horas, pero quien dijo que debía entrar a clases, no, no debo pensar eso, esos son los pensamientos que me trajeron aquí, a este estupido pero fascinante mundo humano. Solo podía resignarme a aceptar mi presente, solo podía aceptar las consecuencias de mis actos, y ahora solo podía imaginar lo aburrido que iba a ser el día de hoy.

 

Al llegar al colegio no me baje del auto, aun me negaba a asistir a la escuela, pero bastaron dos simples palabras para hacerme acceder.

-el cielo-

Alice, mi tutora en este mundo, sabia exactamente como chantajearme para hacer todo lo que me decía, era muy mala conmigo, no, no es mala, ella solo trata de ayudarme, es una ayuda que no merezco pero que agradezco profundamente.

-vendré por ti a la una-

-antes si es posible-

-si claro, disfruta tu día-

Quise contestar a eso, pero decidí dejarlo por la paz, me baje del auto, sin mirar a nadie, lo que menos quería era conocer humanos, pero algo me alerto, no, no era como alerta, era algo que llamaba mi atención, levante el rostro para buscar eso, eso que me hacia sentir indefensa, era imposible, así estuviera rodeada por un millón de tiburones con cierras eléctricas y colmillos con veneno, no podía sentirme indefensa, pero alguien entre toda esta gente lo estaba provocando, ¿pero quien? Busque entre la gente, algo que me indicara cualquier cosa pero lo único que obtuve fue nada, seguro que solo es mi delirio de primer día, solo eso, así que, que mas da, solo tengo que comportarme, camine entre la gente y entre en el edificio, solo debía comportarme cinco horas.

Las primeras clases fueron un fastidio, ¿Cómo los humanos soportaban esto? Era tan tedioso el tomar clases en la escuela, con eso profesores tan aburridos que solo te dan la mitad de un tema en una clase, gracias al cielo esta a punto de terminar, al final de la clase una chica se me acerco.

-hola, soy Amber-

¿Qué esta intentando hacer? Supongo que trata de ser amable, o algo así.

-Ammn, hola, yo soy Angela-

-mucho gusto, me estaba preguntando, si quisieras ir por algo a la cafetería conmigo?-

Ah ya entendí, ella trata de ser mi amiga, pero yo no quiero amigos humanos, que dirían de mi después, pero por otro lado, si le digo que no probablemente no volveré a ver a esa gente, vamos tengo que decir que si, aunque se que me arrepentiré después.

-claro, por que no-

-genial, ¿nos vamos?-

-si, solo debo ir a guardar mis libros-

-OK, te veré en la cafetería-

-si-

Ese fue un buen pretexto, entre menos tiempo pase con los humanos es mejor, mi casillero queda un poco lejos de la cafetería, esta muy cerca de la biblioteca, perfecto como si me encantara leer, que fastidio, caminar por el pasillo es relajante, claro cuando no esta infestado por humanos, antes de llegar a mi casillero sentí esa sensación de nuevo, esa que me hace sentir desprotegida, ¿Qué me sucede? Gire  sobre mi misma en todas direcciones y solo pude ver a un chico, rubio y alto, que se alejaba por el pasillo hacia el lado contrario de donde estaba yo,¿acaso era él el que me hacia sentir indefensa? Creo que por ahora no lo sabre.

 

Mi primer día de tortura ya casi termina, solo quedan unos cuantos minutos mas, estuve pensando durante el día y decidí que tratare de convencer de nuevo a mis tutores para que me den permiso de no asistir al colegio, no gano nada con venir aquí, solo frustración y fastidio, se que no será fácil convencerlos, pero vale la pena hacer el intento, por fin el timbre de salida, son como las campanas del cielo para mi, indican que ya soy libre de esta tortura, pero ya se acerca otra, es Amber que me espera afuera del salón, ella no es tan mala, creo, pero no debería involucrarme con ella, aun así tengo que ser buena, así que, que mas da si me hago su amiga, solo será por un tiempo, solo hasta que regrese a mi hogar. Caminamos juntas a la salida, nos detuvimos a pocos pasos de esta, para platicar, bueno ella era la única que hablaba y yo solo asentía con la cabeza, ni siquiera sabia bien de que estaba hablando, es igual, parece que darle la razón la hace sentir bien, pero algo sucede, es de nuevo esa sensación de desprotección, pero hay tanta gente aquí, mire hacia todos lados y lo vi., era ese chico que había visto durante el almuerzo, el era el único que estaba en ese lugar cuando me sentí igual que ahora, seguro es él el que lo causa, pero ya se aleja y no pude ver su rostro otra vez, ¿Por qué se va? ¿Por qué me interesa? Tengo que averiguar quien es o de lo contrario tendré que hacer algo al respecto.

 

No podía esperar a que se diera una oportunidad para conocer a aquel chico, yo debía crear esa oportunidad, debía seguirlo y crear mi oportunidad, pero ¿Cómo librarme de Amber? Antes de que pudiera pensar en un plan ella se despidió y se fue, que bien justo en el momento indicado, debía apresurarme antes de que perdiera al chico de vista, camine detrás de el unos cuantos metros hasta llegar a un gran jardín, yo me quede junto a la puerta mientras el se sentó a la sombra de un árbol y se puso a escuchar música, esta era mi oportunidad, me arme de valor y camine hacia donde se encontraba, el tenia los ojos cerrados y justo cuando estuve frente a el me paralice, esa sensación de desprotección se apodero de mi, no lo había considerado, y hay estaba yo completamente inmóvil frente a el, y justo en ese momento abrió los ojos, solo pude prepararme para esperar lo peor, pero en lugar de eso el solo se paro sobre sus rodillas, gateo unos metros, se levanto y corrió hacia el edificio de enfrente, solo hasta ese momento fui capaz de moverme, eso había sido bastante extraño, mas extraño que cualquier cosa que hubiera vivido, y eso que había vivido bastantes cosas, pero esto me saco completamente de mi realidad.

 

Decidí dejarlo por hoy, si quería saber quien era ese chico pero creo que podía esperar hasta mañana, salí de la escuela, muy poca gente estaba en la escalinata principal, a lo lejos pude ver el auto negro de Alice, seguramente ya llevaba un buen rato ahí, no debía hacerla esperar mas, camine por la pequeña explanada hasta el coche, abrí la puerta y entre en el.

-¿Qué tal tu día?-

-bien-

-y ¿conociste a alguien?-

-aja-

-¿te gusto la escuela?-

Era obvio que trataba de ser amable conmigo, pero era aun mas obvio que yo no quería que fuese amable conmigo, el resto del camino a casa transcurrió en silencio, yo no quería hablar, solo podía pensar en aquel chico, el que me hacia sentir indefensa y que se había comportado como un completo imbecil, no pude evitar preguntarme si habría actuado así por mi, no lo creo, finalmente llegamos a casa, una pequeña cabaña a las afueras de la ciudad, baje del auto, entre a casa y subí a mi habitación, necesitaba un tiempo a solas, solo yo y mi confusa mente, pero no podía pensar tranquilamente, abajo los ruidos del televisor y aparatos en la cocina no me dejaban pensar en paz, camine por el cuarto durante un momento y luego me detuve en la ventana, y encontré una respuesta a mi pequeño dilema, el bosque, ahí no habría nadie que me molestara, ahí si podría estar en paz, tome una chaqueta del armario, baje rápido las escaleras y entre en la cocina, esperaba ver a Alice pero en vez de eso me encontré con Victor, mi segundo tutor.

-hola Angela, ¿Qué tal el colegio?-

-bien creo, ¿Dónde esta Alice?-

-fue a hacer unas compras, ¿necesitas algo?-

-bueno, quería saber si puedo salir a dar un paseo-

-claro, solo regresa…-

Ya no escuche el resto de la frase, en cuanto escuche la aprobación salí disparada hacia el bosque.

 

Me gustaba el bosque, tranquilo y callado, este se convertiría en uno de mis lugares favoritos, solo mientras estuviera aquí, camine entre los árboles un buen rato hasta que un sonido llamo mi atención, mire hacia todos lados, di unos cuantos pasos mas y entre los arbustos pude ver a un pequeño grupo de ciervos, eran cinco hermosos y pequeños ciervos, camine entre los arbustos hasta llegar a ellos, inmediatamente se dieron cuenta de mi presencia y se acercaron a mi, era lindo tenerlos cerca, pequeños animales a mi alrededor, me hacia sentir bastante bien, era una sensación agradable, de pronto un sonido se escucho a mis espaldas, instintivamente gire para ver que lo había causado pero no encontré nada, gire de nuevo hacia los ciervos pero algo no cuadraba, uno, dos, tres, cuatro, solo había cuatro ciervos, ¿acaso había contado mal? Claro que no, yo nunca me equivoco, bueno casi nunca, entonces ¿Dónde esta el otro ciervo? Mire en todas direcciones en busca de una señal del pequeño animal pero no encontré nada, algo había ocurrido, pero fuese lo que fuese seguro que no tenia importancia.

2 comentarios:

  1. Hola, me he leído esta parte de tu historia y parece interesante. En tanto tenga tiempo leeré un poco más, me gustan las historias de ángeles :D
    De paso, me gustaría invitarte al concurso que organizo en uno de mis blogs: Travesía Literaria, es nacional (sólo para México) y el ganador se llevará dos libros, te dejo el link por si te animas en participar. ¡Saludos!
    http://unviajeentreletras.blogspot.mx/2012/12/concurso-navidad-en-travesia-literaria.html

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    1. grax por leer mi historia n.n me hubiera encantado participar en tu concurso sobre todo por los premios >.< pero bueno creo que ya sera para la otra :)

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